Soy la vergüenza del Sur.
A mi distancia huyo la montaña,
bifurco el sendero,
desbordo el aullido.
Mis manos son flechas,
mi pecho viejo es el guanaco que cambió,
fósil y piedra
del Primer Mundo.
Tengo rotos los miembros, las plumas,
los dientes y el color.
Mis orejas las vendí por una libra.
A mi distancia liberto el fantasma,
acerco mi montaña,
maleo la esperanza.
Soy el gran aborto de occidente.
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